Cambio climático | La salud, en el centro de la escena

El 8 de octubre de 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) presentó un nuevo informe especial, en el que asegura que limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados "tendría beneficios claros para las personas y los ecosistemas naturales" y podría ir acompañado "del afianzamiento de una sociedad más sostenible y equitativa". Al mismo tiempo, asegura que, para lograrlo, se necesitan "cambios de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad". 

En este contexto, el sector salud puede ocupar un rol de liderazgo en la transición hacia una economía baja en carbono, en lo que se señala como una oportunidad extraordinaria para mejorar los indicadores de salud en todo el mundo.

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Agosto de 2018. Montevideo, Uruguay. Durante la Semana del Clima de América Latina y el Caribe, un evento organizado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), un destacado experto celebra el hecho de que, por primera vez en un evento internacional de estas características, haya un espacio dentro de la agenda dedicado específicamente a la salud.

Septiembre de 2018. San Francisco, Estados Unidos. Varias organizaciones no gubernamentales convocan a actores relevantes en un foro sobre cambio climático y salud, evento oficial que se realiza en el marco de la Cumbre Global de Acción Climática (GCAS, por sus siglas en inglés), promovida por el gobernador de California. En la apertura, Christiana Figueres, ex secretaria ejecutiva de la CMNUCC, confirma que es la primera vez que hay un evento tan importante dedicado a la salud en el marco de una reunión internacional sobre cambio climático.

Los tiempos están cambiando. No es para menos: mientras líderes globales se reunían para compartir avances y discutir sobre la implementación de la acción climática en el sur y norte del continente americano, el mundo padecía una serie de eventos climáticos extremos que se sucedían casi en simultáneo: olas de calor en Europa, tifones en Asia, huracanes e incendios en América del Norte, inundaciones en India y América del Sur. ¿La consecuencia? El impacto directo sobre la salud de millones de personas alrededor del planeta.

Hospital Militar de Nicaragua inundado (Fuente: Confidencial)

Un ejemplo. En Europa, el verano de 2018 estuvo caracterizado por olas de calor, inundaciones, sequías e incendios. El mes de agosto fue el más caluroso del que se tiene registro, lo que confirma una tendencia que responde al cambio climático, según la Organización Meteorológica Mundial. De acuerdo con una investigación publicada en la revista Climatic Change Letters, controlar el aumento global de las temperaturas y alcanzar los objetivos propuestos en el Acuerdo de París sobre cambio climático evitaría que aumenten las muertes relacionadas con las temperaturas extremas en ese continente, algo que también confirman otros estudios similares.

Pero hablar de cambio climático y salud no es solamente referirse a su impacto directo sobre las personas. Los sistemas de salud y la capacidad de dar respuesta ante situaciones de emergencia también se ven desafiados por el cambio climático.

En septiembre de 2017, luego del paso del huracán María por el noreste del Caribe, solo 18 de los 69 hospitales de Puerto Rico estuvieron en condiciones de seguir funcionando. Dicho de otro modo, el 70 % de los hospitales de Puerto Rico quedaron inactivos, en medio de una crisis sanitaria que requería una mayor respuesta del sistema de salud. Según una investigación que llevó adelante una comisión independiente a pedido del gobierno local, 2975 personas murieron en Puerto Rico como consecuencia del huracán.

El cambio climático como política de Estado

El Acuerdo de París, cuyo objetivo central es llevar adelante acciones para mantener la suba de la temperatura promedio global muy por debajo de los 2°C -y avanzar en los esfuerzos para que no supere los 1,5°C-, requiere de fuertes compromisos de parte de los 197 países que lo han firmado (181 de los cuales lo han ratificado a octubre de 2018). En términos de salud, además de trabajar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector, los países deben prepararse para responder a los cambios en los patrones de enfermedades, enfrentar los impactos de los eventos climáticos extremos y mantenerse en pie ante situaciones de emergencia que requieran una mayor capacidad de respuesta.

“En República Dominicana, el cambio climático ya no es una política de gobierno, sino una política de Estado”, dijo Omar Ramírez Tejada, biólogo y asesor ambiental del poder ejecutivo de ese país -uno de los 10 más vulnerables al cambio climático en el mundo-, durante una de las sesiones de alto nivel de la Semana del Clima de América Latina y el Caribe. Pero los gobiernos nacionales no pueden lograr cumplir con sus metas solos. Necesitan que las acciones a nivel nacional estén integradas con políticas subnacionales alineadas con las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), que son los planes formales de acción climática que los países proponen para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.

En América Latina, existen varios ejemplos de buenas prácticas en favor de esta integración. Uno de ellos es Chile, en donde los gobiernos locales están avanzando en una agenda climática concreta, impulsados por la Red Chilena de Municipios ante el Cambio Climático. En octubre de 2018, se realizará la primera cumbre de gobiernos locales por el cambio climático en Rapa Nui (Isla de Pascua), organizada por la municipalidad local y la organización no gubernamental Adapt Chile, en colaboración con el Ministerio de Ambiente de ese país. Un mes después, en Santiago, las máximas autoridades de los municipios de Chile se reunirán en el IV Foro de alcaldes ante el cambio climático, en donde compartirán los resultados de las políticas y acciones que están implementando. La agenda ambiental no es nueva para alcaldesas y alcaldes de Chile: sin ir más lejos, mientras se desarrollaba la Semana del Clima en Montevideo, el alcalde de Talca inauguraba una jornada sobre hospitales verdes -de la que Salud sin Daño participó- y hablaba del compromiso sostenido del sector salud municipal con la agenda ambiental.

Chile | El alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz, en la inauguración de la jornada sobre hospitales verdes

América Latina: mayor financiamiento y colaboración entre países

Además de la integración del trabajo a nivel nacional, otro reclamo sobrevuela las reuniones internacionales sobre cambio climático que se realizan en América Latina: la necesidad de aumentar la integración de las políticas climáticas a nivel regional y de un mayor financiamiento para la región.

Durante la Semana del Clima en Montevideo, el vicepresidente del Consejo Nacional para el Cambio Climático de República Dominicana, Ernesto Reyna, pidió una mayor integración de los países del continente en la acción climática. A su vez, la viceministra de Ambiente de Ecuador, María Victoria Chiriboga, reclamó un mayor financiamiento para América Latina, pero no solo para reducir emisiones. “No podemos diferenciar mitigación de adaptación, porque ya estamos sintiendo los impactos del cambio climático”, agregó. Ese pedido se repitió en el discurso de Carlos Ramos, viceministro de Ambiente de Guatemala, quien requirió mayor foco en financiamiento de acciones de adaptación para poder afrontar los impactos que ya se están sintiendo.

Además de colaborar con el cumplimiento de los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París, son muchos los países de América Latina creen que un abordaje integral del problema presenta una oportunidad única para repensar el modelo de desarrollo de la región, que tiene que ser más inclusivo, en línea con lo que asegura el informe especial del IPCC. “Aunque cumpliéramos solamente con la reducción de emisiones, no cambiaríamos la vulnerabilidad ni la pobreza”, sostuvo Marlon Escoto, delegado presidencial en cambio climático del gobierno de Honduras. Para entenderlo, alcanza un ejemplo: las energías renovables permiten reducir las emisiones y aumentar la resiliencia frente a los efectos del cambio climático (para que, por ejemplo, los hospitales puedan seguir funcionando en situaciones de crisis), pero también ampliar el acceso a la energía para llegar a comunidades que tradicionalmente han sido excluidas.

La viceministra de Ambiente de Ecuador, María Victoria Chiriboga, en panel de alto nivel durante la Semana del Clima en Montevideo, Uruguay

Costos asociados

Planificar ciudades sostenibles y compatibles con el clima, alineadas con los objetivos de reducción de emisiones de los países, presenta muchas oportunidades. Por ejemplo, reducir muertes y costos de la atención de la salud relacionados con los impactos del cambio climático, tal como lo explicaba Alejandro Miranda, ejecutivo principal del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) durante la Semana del Clima en Montevideo. En esa misma línea, la salud es uno de los beneficios adicionales de la implementación de acciones de mitigación y adaptación, tal como señala un documento que sintetiza las conclusiones relacionadas con el impacto del cambio climático en la salud incluidas en el informe 1,5°C del IPCC, elaborado por expertos del Grupo Intergubernamental y la Organización Mundial de la Salud.

Según datos del Ministerio de Ambiente de Perú, el 67% de los desastres que ocurren en ese país están relacionados con los fenómenos climáticos. Sin embargo, por cada sol (USD 0,30) que se invierte en acción climática, se ahorran 10 (USD 3). Este dato surge de un cálculo que contempla la cantidad de personas que sufren las consecuencias de esos eventos climáticos: 2,6 millones de habitantes de ese país están expuestos a sequías; 5,5 millones, a precipitaciones muy intensas; 5,6 millones, a períodos de heladas; y 14 millones son vulnerables a la inseguridad alimentaria vinculada con el cambio climático.

“Lo que no podamos invertir en este momento se va a transformar en costos”, asegura Sandra Guzmán, coordinadora del Grupo de Financiamiento Climático (GFLAC), quien menciona como ejemplo los costos asociados al impacto en la salud de las comunidades y en los sistemas de salud. En esa misma línea, Gary Cohen, cofundador de Salud sin Daño, señaló: “En el mundo, el dinero dedicado a subsidiar a los combustibles fósiles es mayor que lo que los países invierten en salud. Debemos eliminar los subsidios a los combustibles fósiles”.

En GCAS, Dra. Aparna Bole, miembro del Consejo Directivo de Salud sin Daño (HCWH), presenta los compromisos del sector salud

El rol del sector salud

Según cálculos del Banco Mundial, el 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero corresponden al sector salud (2.600 millones de toneladas métricas de CO2e en 2011). Además, de acuerdo con la prestigiosa revista The Lancet, el cambio climático amenaza con revertir los logros en salud y desarrollo de los últimos 50 años. Pero, como también asegura The Lancet, “abordar el cambio climático puede ser la mayor oportunidad para la salud pública global del siglo XXI”.

¿Cuál es el rol del sector salud ante este escenario? Avanzar en acciones climáticas concretas para reducir sus emisiones le permite ubicarse en una posición de liderazgo en la transición hacia una economía baja en carbono, que a la vez permita mejorar los indicadores en salud. 

“El Acuerdo de París es básicamente un acuerdo internacional de salud”, sostuvo Christiana Figueres en el discurso inaugural del Foro Global sobre Cambio climático y Salud (realizado en el marco de GCAS, en San Francisco, organizado por Salud sin Daño junto con otras organizaciones), ante un auditorio lleno de profesionales de salud, en lo que fue una clara apelación para aumentar la acción climática. En ese mismo evento, el presidente de la Fundación de Salud Pública de India, Dr. Srinath Reddy, manifestó: “Tenemos que convertirnos en voceros confiables para hablar del cambio climático: necesitamos usar nuestra influencia y construir coaliciones dentro y fuera del sector salud”.

“El sector salud suele ocuparse de las consecuencias, pero ahora debe anticiparse a los problemas”, dijo en Montevideo Daniel Buss, asesor de cambio climático y salud de la Organización Mundial de la Salud, en línea con las conclusiones que se habían presentado en marzo durante el Taller regional sobre salud en planes nacionales de adaptación al cambio climático, organizado en Buenos Aires por la OPS/OMS. En esa misma línea, en San Francisco, se expresó Lloyd Dean, presidente de Dignity Health, uno de los sistemas de salud más importantes de California: “No es suficiente lo que estamos haciendo para enfrentar el cambio climático. Tenemos que hacer más. No podemos esperar hasta mañana”.

La buena noticia es que el sector salud está avanzando de manera sostenida, tal como lo demuestra lo que ocurrió en el marco de la Cumbre Global de Acción Climática:

- Asociaciones que representan a millones de profesionales de la salud y miles de hospitales de todo el mundo lanzaron un Llamado a la acción por el clima y la salud, en el que convocan a los responsables de formular políticas a nivel local, nacional y global a actuar hoy mismo con un objetivo claro: "personas saludables en un planeta saludable".

- Referentes de organizaciones y sistemas de salud líderes de Estados Unidos, China, Holanda, India, Australia, Gran Bretaña, además de representantes de la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), participaron de una mesa redonda para compartir acciones y debatir acerca de cómo aumentar la acción climática en el sector salud.

- En el marco de la Cumbre, 18 instituciones y sistemas de salud -dos de América Latina-, que representan los intereses de más de 1200 hospitales y centros de salud en 10 países, anunciaron su compromiso de abastecerse con un 100% de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, lo que, además de reducir la huella de carbono en países que son grandes emisores de gases de efecto invernadero, permite que los hospitales de países vulnerables al cambio climático sean más resilientes.

Medios, cambio climático y salud

En Estados Unidos, a pesar de que 2017 fue un año récord en términos de eventos climáticos extremos, los principales noticieros de televisión raramente establecieron un vínculo entre esos eventos y el cambio climático en la cobertura de noticias, según un reciente estudio.

Sin embargo, la manera en que los medios están cubriendo noticias relacionadas con el cambio climático está cambiando. En Uruguay, mientras se realizaba la Semana del Clima, se cumplía un aniversario de un temporal que había devastado el sur del país en 2005. En el programa matinal de televisión, mientras presentaba las imágenes de lo que sucedía 13 años antes, el meteorólogo hizo referencia al cambio climático. Se trata de un desafío para las rutinas periodísticas tradicionales, que pone de manifiesto la necesidad de contar con periodistas que sepan sobre cambio climático, con conocimientos suficientes para poder mostrar de qué manera está relacionado con los temas que se cubren en la agenda habitual de los medios. 

En ese sentido, no es casual que la BBC haya lanzado una guía interna y un curso de capacitación para sus periodistas (todos, no solo los que siguen temas ambientales) sobre cómo cubrir el cambio climático. "Después de un verano de olas de calor, inundaciones y clima extremo, las historias ambientales se han convertido en un tema prioritario para nuestras audiencias", aseguraba el mensaje de correo electrónico que recibieron las y los periodistas, firmado por la directora de noticias.

Diversas investigaciones demuestran que, cuando las noticias sobre cambio climático hacen foco en su impacto sobre la salud, las audiencias pueden percibir el problema como algo más cercano. Además, tal como asegura asegura Edward Maibach, experto en comunicación sobre cambio climático y salud de la Universidad George Mason, la clave está en hacerlo personal y concreto: “Mensajes simples y claros, repetidos con frecuencia por diferentes fuentes confiables. Y el sector salud es una fuente confiable”.

El rol de los medios es clave en la era del cambio climático, no solo en términos de percepción pública del problema, sino para poder responder a sus impactos. "La noticia que más mueve es la de la catástrofe, pero ojalá podamos informar sobre cómo prepararnos para las catástrofes", dijo Mónica Ramírez, directora de Vivienda y Asentamientos Humanos para América Latina y el Caribe de Hábitat para la Humanidad Internacional, durante un webinar del Programa de Diálogos Virtuales sobre Cambio Climático para Periodistas, organizado por LatinClima.

El cambio climático: un problema de salud

“Nadie está libre de sufrir las consecuencias del cambio climático”, sentenció Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en la inauguración de las sesiones de alto nivel de la Semana del Clima en Montevideo.

El sector salud está avanzando de manera veloz para poder estar a la altura de los desafíos que plantea el cambio climático: además de reducir sus propias emisiones, debe adaptarse a los cambios que ya se están manifestando, debe estar en condiciones de responder a las emergencias climáticas extremas y debe elevar su voz para ocupar espacios destacados dentro de las discusiones internacionales sobre cambio climático. Porque, tal como sostuvo Espinosa, actuar contra el cambio climático es actuar a favor de la salud: “Es una oportunidad para construir un futuro más limpio, más ecológico y más próspero”.

 

Artículo escrito por Carolina Gil Possecoordinadora de programas y comunicaciones de Salud sin Daño para América Latina