Buena noticia para la salud y el medio ambiente global: nuevo acuerdo internacional para eliminar el mercurio

El 10 de octubre de 2013, en Japón, los gobiernos firmaron un tratado global para eliminar gradualmente el uso y las emisiones de mercurio, que prevé el fin de la fabricación, importación y exportación de dispositivos médicos con mercurio para el año 2020.

Kumamoto, Japón  (11 de octubre de 2013) — Mientras los gobiernos del mundo firmaban ayer un tratado global destinado a eliminar progresivamente el uso y las emisiones de mercurio, Salud sin Daño y la Organización Mundial de la Salud lanzaron una iniciativa para cumplir con el objetivo planteado en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio para poner fin a la fabricación, importación y exportación de dispositivos médicos con mercurio para el año 2020.

Durante una reunión diplomática realizada este jueves 10 de octubre en Kumamoto, en el sur de Japón, los representantes de 140 países firmaron el texto del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, que fija una fecha de eliminación para la mayoría de los productos que contienen mercurio -incluidos los termómetros y esfigmomanómetros- para el año 2020. Además, el acuerdo llama a la disminución gradual del uso de amalgamas dentales. Ahora, los países deberán ratificar el acuerdo de manera individual para que el Convenio entre en vigor.

“Este acuerdo es un paso muy importante luego de 15 años de campaña por parte de Salud sin Daño en todo el mundo, que comenzó con un hospital en Boston y se expandió a todos los continentes, donde miles de médicos, enfermeros y trabajadores del sector salud se comprometieron para que sus prácticas no fueran fuentes de este poderoso neurotóxico al ambiente”, señaló Verónica Odriozola, coordinadora de Salud sin Daño para América Latina. “Ahora, debemos redoblar los esfuerzos para que los termómetros y tensiómetros con mercurio dejen de usarse en hospitales y hogares de todo el mundo”, agregó.

El mercurio es un contaminante global que afecta la salud humana y la de los ecosistemas. Existen numerosas fuentes de emisiones de mercurio al ambiente, entre las que se encuentra –paradójicamente- el sector de cuidado de la salud, a través de la rotura de termómetros y tensiómetros que contienen este metal (más información en este video).

Iniciativa global

Desde 2008, Salud sin Daño y la Organización Mundial de la Salud han venido trabajando en conjunto para lograr que el sector del cuidado de la salud sea libre de mercurio, apoyando el desarrollo de alternativas precisas, accesibles y seguras en todo el mundo.

En el transcurso de los 15 años de trabajo de Salud sin Daño, y durante su más reciente colaboración con la OMS, muchos países y regiones han adoptado iniciativas para eliminar el uso de dispositivos médicos con mercurio en el sector salud, como la Unión Europea, Estados Unidos, Argentina, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Filipinas, Nepal, Sri Lanka y Mongolia. Muchos otros están en vías de hacerlo, como Brasil, India, China, Sudáfrica y México.

“El trabajo incansable y comprometido de enfermeros, médicos y directores de hospitales, junto con organizaciones no gubernamentales, gobiernos y funcionarios de organismos internacionales, ha demostrado que el cambio hacia un sector de la salud libre de mercurio es posible, accesible e incluso inevitable”, sostuvo Josh Karliner, director de proyectos globales de Salud sin Daño. “Este tratado consagra este camino”, agregó.

La iniciativa global para la sustitución de insumos médicos que contienen mercurio, liderada en forma conjunta por la OMS y Salud sin Daño, está preparada para apoyar a los profesionales, hospitales, sistemas y ministerios de salud de todo el mundo en la implementación del Convenio de Minamata sobre el Mercurio. Esta iniciativa conjunta brindará orientación y apoyo técnico, mientras continuará con su tarea de difusión, sensibilización y movilización en el sector del cuidado de la salud.

Puntos pendientes

Si bien el Convenio de Minamata sobre el Mercurio es un gran triunfo para lograr que el sector salud sea ambientalmente más sostenible, Salud sin Daño mantiene su postura crítica en relación con algunas deficiencias del tratado, especialmente en lo referido a las débiles restricciones a las emisiones de mercurio procedentes de las centrales eléctricas de carbón que están expandiéndose a nivel global. “Si la expansión de la generación de energía sobre la base de carbón no se frena, las emisiones de mercurio procedentes del carbón se convertirán en una amenaza para la reducción de mercurio que el tratado se propone conseguir y reducirá sus beneficios para la salud”, aseguró el Dr. Peter Orris, asesor principal de Salud sin Daño.

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